La primavera pasada todo cambió. Salimos a las calles a gritar que estábamos despiertas, hartas de que se nos tratara como mercancías en manos del 1%. Tras un largo silencio, tomamos las plazas para reivindicar una Democracia del 99%, en la que se respeten los derechos políticos, sociales y económicos que hoy están siendo atacados con el pretexto de la crisis. Seguíamos y seguimos sin casa, sin curro, sin pensión y SIN miedo.
Desde el 15 de mayo, el movimiento popular ha logrado activar las conciencias y señalar al R€gimen de la Troika, el PP y el PSOE como culpable del expolio a las mayorías sociales. En estos meses hemos parado centenares de desahucios, hemos inundado las calles en defensa de la educación y la sanidad pública, nos hemos organizado horizontalmente en las asambleas de los barrios y hemos defendido los bienes comunes como el agua y el conocimiento. Desde abajo hemos respondido al discurso de los que nos gobiernan y hemos empezado a construir las alternativas de forma colectiva. Pese a todo, no ha sido suficiente. Todavía no los hemos parado.
Siguen diciendo que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades. Dicen que los recortes son el único camino para salir de la crisis (link declaracion mariano): que se ha acabado la fiesta.
Pero nosotras no hemos vivido ninguna fiesta: los beneficios de la burbuja inmobiliaria y financiera se los quedaron los de siempre, y ahora -una vez más- pretenden que las de abajo paguemos. Son ellos quienes han vivido por encima de nuestras posibilidades y quienes ahora nos quieren obligar aelegir entre paro y precariedad.
Los ataques contra los derechos del 99% no cesan. Los recortes en los servicios públicos agreden directamente a los sectores más empobrecidos de la sociedad. La reforma laboral deja a las trabajadoras indefensas, y acaba con la posibilidad de un empleo estable para las jóvenes. Mientras, más de la mitad de nosotras estamos en paro. Quieren obligarnos a elegir entre miseria y emigración.
Pero no nos resignamos. Nosotras decidimos levantar nuestra voz con dignidad y rebeldía, y el poder responde con policía, violencia y leyes que criminalizan toda clase de disidencia en las calles. Mientras se amnistía a los grandes estafadores, se encarcela a jóvenes estudiantes y sindicalistas por
atreverse a defender los derechos de las mayorías.
Si eres joven y ves cómo te roban el futuro. Si tienes un trabajo precario o estás desempleada. Si eres estudiante y ves cómo te suben las tasas. Si eres becaria y no ganas ni para el transporte público. Si ves cómo cada vez se le niega a más gente el derecho a la asistencia sanitaria. Si han cerrado la guardería de tu hermano o tu hija y ves que el banco sigue abierto. Si no puedes afrontar el pago de tu vivienda. Si eres mujer y cobras menos que tu compañero por el mismo trabajo. Si sabes que no vas a tener una pensión digna. Si te han subido los impuestos mientras siguen financiando a la corona y a la iglesia. Si ves cómo te empobreces mientras el 1% se sigue
enriqueciendo a tu costa: hoy más que nunca, tenemos que estar dispuestas a no rendirnos, a salir a las calles y gritar que seguimos sin miedo.