Con casi 5,5 millones de turcos que viven en la Unión Europea, su presencia es muy perceptible en la sociedad. Pero mientras Europa se hunde cada día más en la crisis, crece la intolerancia hacia los extranjeros. La tendencia hace que muchos de ellos piensen en regresar a su país natal.
"Ahora con la crisis, ¿cuál es el resultado? Obviamente, ahora que hay menos empleos, menos dinero, lo que pasa es que la prioridad se da primero a los belgas, y solo después vienen los extranjeros: turcos, marroquíes, rusos", comenta Ibrahim Demirkazik, un inmigrante turco que reside en Bélgica. "Mi decisión de volver a Turquía es económica, y también porque cuando hay crisis, hay discriminación", explica.
Según las cifras oficiales, el desarrollo de la economía en la Unión Europea en 2011 fue un 1,6%, mientras que Turquía vivió un aumento del 7,6% en su Producto Interior Bruto, convirtiéndose en la economía con mayor dinámica de desarrollo del continente. Y aunque en este año se espera una desaceleración de este índice, el país todavía presenta un aspecto atractivo para los comerciantes.