Un vídeo, de nuevo el humor para mostrarnos la realidad. Los directivos y los que pensaban que vivían a salvo en sus torres de marfil de la crisis y sus males, nunca llegaron a entender por qué se formaban esas colas de inmigrantes en plazas señaladas para conseguir un día de trabajo con el que ganar algo dinero. Un capataz se acercaba y en base a su criterio, decidía quien contrataba. Lo que antes eran peone y obreros, ahora son consultores, financieros, secretarias ejecutivas, etc… Lo que antes implicaba mirar hacia otro lado, y hacer la vista gorda, ahora es señalar a los sindicatos recordándoles que no protejan a los vagos.
La crisis se veía venir, y los altos ejecutivos con sus sueldos incendiarios no supieron o no quisieron prepararse para lo que se les venía encima. Quizás el gobierno, algunos ministros o los presidentes de las cámaras de comercio, se den por aludidos cuando una situación como la de este anuncio, premiado en varios festivales, la vean con sus propios ojos. En la construcción y en la época de exhuberancia, se asumía como necesario. Ahora que el sector servicios ve la crisis, este tipo de anuncios debería servir para reflexionar. El mercado negro y el estraperlo regresa