Oct 2011 - Todos los días se quedan sin casa ciento ochenta familias en nuestro país. Esto arroja un resultado estremecedor: una familia pierde su hogar cada ocho minutos y se ve literalmente en la calle. Todas son víctimas de un drama que ha irrumpido con fuerza durante la crisis: el desahucio.
Un desastre social sin precedentes que ha convertido a los bancos en auténticas inmobiliarias, alejándolos de su verdadera actividad, la dineraria. Según el Consejo General del Poder Judicial las entidades bancarias se quedarán durante los próximos cinco años con más de trescientas cincuenta mil viviendas en las que ahora viven más de un millón de personas.
Letras impagadas, complejas cláusulas difíciles de entender, problemas personales, incapacidad para solventar la deuda e impagos. Estas son algunas de las muchas razones que provocan un desahucio.
El efecto dominó: tus padres se quedan sin su casa
Pero el caso se agrava más cuando descubres que los avalistas de su piso eran sus padres, y que ellos también se verán obligados a dejar su piso. Efecto dominó. Ellos avalaron con su piso a su hija y todos pueden acabar en la calle.
A Carmen y a su hija Mercedes, el desalojo les llegó hace tiempo. Vivían de alquiler en un piso del Instituto de la Vivienda de Madrid, pero dejaron de pagar la renta de 400 euros y acumularon una deuda de 2000. Hoy duermen en un parque de Orcasitas, en una chabola construida con sus propias manos, una situación extrema en la que viven cientos de miles de personas.
Cuando termine 2011, más de 65.000 familias ya no vivirán en la que era su casa, pero... ¿Quién tiene la culpa? ¿La burbuja inmobiliaria? ¿Los bancos? ¿O acaso quisimos vivir por encima de nuestras posibilidades? ¿Es todo una estratagema del sistema y los poderosos para hacerse con más y más recursos?