Las manifestaciones de Ocupa Wall Street estallan con nueva fuerza tras la aprobación de una polémica ley que, entre otras cosas, prevé hasta diez años de cárcel por una protesta pacífica. Según los activistas, esta medida amenaza la libertad de expresión.
El pasado 27 de febrero en EE. UU. el presidente aprobó y firmó la controvertida ley HR 347, bautizada ya por los estadounidenses como 'Goodbye, First Amendment' ('Adiós, Primera Enmienda'). Según la nueva norma, queda prohibido para toda persona cualquier demostración de protesta y la participación en todo tipo de manifestaciones. La ley establece un castigo de hasta 10 años de cárcel para quien a sabiendas entre o permanezca en cualquier edificio o terreno sin la autorización legal del Gobierno. También se puede acabar tras las rejas si otra persona denuncia que se tiene la intención de protestar.
Para acercarse al presidente de EE. UU. o cualquier otro político, una persona común y corriente necesitará un permiso especial. La ley incluye como delito la intención de impedir o perturbar lo que es el desarrollo de las funciones normales del área privada o del Gobierno.
De hecho la HR 347 puede reprimir cualquier protesta en cualquier lugar como, por ejemplo, en eventos deportivos o la próxima reunión del G8 en Camp David, o cuando se desarrollen reuniones bilaterales en Estados Unidos. Según los críticos, la controvertida ley restringe la libertad de expresión y podría ser usada en contra de aquellos manifestantes que el Gobierno determine.