Aunque El Cairo nunca ha sido una ciudad especialmente limpia, los desechos en sus calles se van incrementando. Mientras, los ciudadanos esperan una pronta solución del Estado.
"Decían que los camiones de la basura no cabían en las calles estrechas. Entonces preparamos vehículos más pequeños, pero el Gobierno regional y el Departamento de Sanidad no han respetado los contratos", se lamenta Jalid Abdul Jameed, tesorero de la Sociedad de Servicios Públicos de Egipto.
El nuevo presidente del país, Mohammed Morsi dijo a su llegada al poder que la retirada de la basura de las calles sería una de sus prioridades; sin embargo, nada ha cambiado en la capital.
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