Desde hace casi dos décadas los mapuches, asentados principalmente en la Araucanía, en el sur de Chile, luchan por recuperar terrenos que son explotados por grandes madereras y latifundistas privados.
En los últimos días, la lucha llevó a una nueva escalada de violencia que dejó dos víctimas mortales en incendios intencionales. Las autoridades responsabilizan a grupos indígenas disconformes con la negociación que el Gobierno mantiene con algunas de sus comunidades para ir recuperando territorio.
"No hemos caído en priorizar a comunidades que usan la violencia y hemos visto como sectores radicalizados quieren presionar a la autoridad para tomar decisiones respecto a priorizar a una u otra comunidad", afirma el intendente de la Araucanía, Andrés Molina.
El Gobierno califica estos hechos como 'actos terroristas' y busca juzgarlos de acuerdo a una polémica ley, herencia de la dictadura de Augusto Pinochet. Para los referentes de la comunidad, esos desmanes son utilizados como excusa por las autoridades, para justificar una indiscriminada caza de mapuches sin importar quiénes son los verdaderos responsables.
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