Más de 50 personas han fallecido y decenas han resultado heridas en una serie de explosiones en Bagdad, en el día del décimo aniversario del inicio de la campaña militar emprendida por EE.UU. y el Reino Unido para derrocar a Saddam Hussein.
La agresión es otro eslabón más en la cadena de enfrentamientos entre suníes y chiíes en el país, unos choques que se agravaron tras la invasión de EE.UU. hace diez años. La invasión estadounidense y la posterior guerra civil han hecho añicos la vida de decenas de miles de iraquíes.
Muchos intentan esconder en la rutina sus recuerdos más oscuros. "¿Que cómo estoy ahora? Yo vi crecer a mis hijos, los vi casarse y los mande a la universidad. Y también vi cómo los mataban", contó a RT Haji Muhammedm, propietario de una cafetería.
Pérdidas
Fuentes gubernamentales calculan que cerca de 120.000 ciudadanos del país han sido asesinados en los pasados 10 años. Otras investigaciones van más allá y dicen que han muerto en torno a un millón de personas.
Sin embargo, desde el inicio de la invasión, Estados Unidos sacaba pecho.
"En esta batalla en Irak, Estados Unidos y nuestros aliados hemos vencido" afirmó el 1 de mayo de 2003 el entonces presidente, George Bush.
No fue tan sencillo. Al menos 4.500 soldados estadounidenses fallecieron en Irak. Visto desde el presente, parece que el guion establecido que impuso Bush no siguió los derroteros esperados.
Larga agonía
Hace exactamente diez años, la Casa Blanca orquestaba una operación militar supuestamente rápida en Irak. Lejos de ser así, se convirtió en una larga agonía. Un agujero negro del que el Ejército estadounidense salió en 2011.
Parte de la herencia que dejó la invasión del Pentágono fue el conflicto confesional. Una guerra civil en toda regla entre suníes y chiíes. En medio del desgobierno, Al Qaeda y otros grupos extremistas aprovecharon el caos para hacerse fuertes en el país.
En junio del 2006 se registraba una violencia sin precedentes. En esa época eran asesinados 100 iraquíes al día, cifras que han disminuido pero que siguen manteniendo en jaque a una parte de la población.
Crisis sin fin
"¿Cuánto tiempo continuará Irak así? Todos los días hay explosiones, todos los días hay muertos, todos los días hay terrorismo", se lamenta Samir Ismail, propietario de una tienda de ropa.
La guerra no solo dejó miles de muertos y heridos, además, en la actualidad, están en paradero desconocido más de 16.000 iraquíes, la mayoría desaparecidos hace ya varios años.
La esperanza de sus familiares de encontrarlos se va desvaneciendo con el paso de los meses.
"Ando agotada. Mis siete niños están en la escuela y necesitan un sustento y yo ya no puedo hacer otra cosa que mendigar", lamentó Sabiha Obeid Hamza, mujer de un iraquí desaparecido.
Una radiografía más amplia del país también revela la dimensión de esta crisis. Desde 2003, el 84% de las universidades nacionales han sido saqueadas o destruidas. Pero quizá, el dato más desolador es que nueve de cada diez iraquíes con menos de 30 años se quiere ir a vivir al extranjero, lo que deja no solo un pasado lúgubre sino un futuro más que incierto.
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