En esta reforma laboral el Gobierno se pliega a los intereses de las empresas y los mercados financieros y pretende que el miedo, la paralización y el individualismo impregne a todos los trabajadores y las trabajadoras de este país. Frente al 'divide y vencerás' hay que elegir 'unión, organización y movilización. ¿Qué esconde en verdad la reforma laboral?
¿Qué supone la nueva reforma laboral del PP para los trabajadores y sus familias?
Esta reforma laboral continúa la línea de las anteriores de legalizar la explotación:
1. Se dan más competencias a las empresas de trabajo temporal (ETT), empresas que trafican con los trabajadores; se legalizan contratos de formación hasta los 30 años que no permiten vivir y mantener una familia, contratos de tiempo parcial con horas extraordinarias, contratos temporales sin límite...
2. Se facilita al máximo el despido para aumentar el miedo y la disciplina. Este se hace libre y gratuito durante un año con el nuevo contrato para emprendedores; se considera que faltar al trabajo, incluso por enfermedad, es despido procedente; o se aprueban ERE sin controles judiciales y administrativos a empresas con beneficios y en la Administración Pública.
3. El empresario puede negociar las condiciones laborales directamente con cada trabajador; todo puede ser revisado: salarios, horarios, puesto de trabajo... El miedo al paro hará que los trabajadores firmen su propia explotación, dejando el camino libre a la generalización del salario mínimo interprofesional.
4. Al primar los convenios colectivos de empresa sobre los de sector, se potencia la desigualdad. La fuerza de los trabajadores fue la unión. Hoy la ley la impide. La explotación se generaliza y las familias son las primeras víctimas.
¿Es verdad que servirá para crear empleo?
No, el propio Cristóbal Montoro, ministro de Hacienda del PP ha dicho: "La reforma laboral en sí misma no va a crear empleo". Se aprovecha el estado de crisis para regular el marco de relaciones laborales del futuro y para que aceptemos lo inaceptable, la degradación del trabajo con la falsa promesa de crear empleo.
¿Qué papel ha jugado el PSOE en esta reforma?
Esta reforma no hubiese sido posible sin las anteriores del PSOE, que fueron degradando las condiciones de trabajo. El gran traidor a los trabajadores en nuestro país ha sido el Partido Socialista Obrero Español. Felipe González generalizó el contrato temporal en 1984, y legalizó las ETT en 1994. Zapatero ahondó en la explotación de los inmigrantes a través de las sucesivas reformas de la Ley de Extranjería e hizo otra reforma laboral; domesticó a los sindicatos y dejó a España con más de 5 millones de parados oficiales, aunque había prometido el pleno empleo.
¿Y los grandes sindicatos, qué papel están jugando?
Los grandes sindicatos se han burocratizado. Su dependencia de las subvenciones estatales y el abandono de la formación de militantes les han alejado de los explotados y les han convertido en cómplices de esta situación. Hoy los sindicatos mayoritarios están absolutamente deslegitimados en España.
¿Qué tiene que ver esta reforma con la situación de explotación que se vive en otros países del mundo?
El paro y la explotación de nuestro país tienen las mismas causas que la esclavitud infantil: un sistema imperialista organizado para conseguir el máximo lucro y poder, y que para ello impone a la mayoría de la humanidad hambre, migraciones, aborto, guerras...
La "crisis" está sirviendo de coartada; es la manera de imponer más explotación al haber inoculado en la sociedad miedo y resignación. La banca sigue anunciando escandalosos beneficios gracias a las ayudas públicas y rescates, y las multinacionales que explotan y esclavizan en la mayor parte del mundo quieren imponer ese modelo de explotación en los países occidentales. La degradación del trabajo a mercancía afecta a todos los trabajadores del mundo y tiene como primeras víctimas a los niños esclavos.
¿Qué podemos hacer la sociedad frente a estas agresiones?
El problema de cada trabajador empobrecido, de cada niño esclavo, de cada explotado, es nuestro problema. La respuesta pasa por una acción organizada, solidaria e internacionalista.
Hay razones para luchar: mediante la huelga, las movilizaciones, las campañas de opinión, el lanzamiento de experiencias económicas, políticas, sociales... Y todo aquello que sostenga una lucha permanente y no violenta que demuestre que se puede organizar la sociedad desde la búsqueda del bien común.
Es momento de organizarse internacional y solidariamente.
Es momento de recuperar el trabajo como única fuente de riqueza.
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