Grecia está siendo usada como "conejillo de indias" por parte de la Troika para ver que consecuencias tienen medidas que, en un futuro, puedan ser usadas en países que siguen los pasos del país heleno, entre ellos España. Algunas de las últimas medidas son ampliar la semana laboral a seis días y reducir el período de descanso entre los turnos de trabajo.
Una delegación de este órgano supranacional llegó a Atenas este martes para persuadir al Gobierno de Antonis Samarás y que acepte un nuevo paquete de medidas de ajuste en medio de la protesta popular contra los recortes presupuestarios ya adoptados. Analistas independientes cuestionan tanto la representatividad de ese grupo, como la eficacia de sus sugerencias para combatir la crisis.
En las reuniones con Gobiernos nacionales como el griego "participan las personas a las que nadie ha elegido, que no tienen ninguna responsabilidad ante los Parlamentos", dice el secretario de Economía de Izquierda Unida (España), José Antonio García Rubio. "Ellos presumen de su independencia y por lo tanto, todas esas medidas que están tomando van a en contra de la soberanía democrática que expresan los Parlamentos y que expresan los pueblos".
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