Se estima que más de un millón de personas ha salido a las calles en más de 100 ciudades de Brasil tras una semana de masivas protestas organizadas en el país para denunciar la baja calidad en los servicios públicos y la corrupción gubernamental.
Los brasileños llenan las calles por una democracia más participativa, un proceso constituyente, mejoras en servicios públicos y redistribución de la riqueza. Unas reivindicaciones que caracterizan la lucha del 15-M.
"Es difícil comparar el 15-M con la situación actual de Brasil, aunque existen similitudes en el descrédito generalizado hacia la clase política"
Comienzo de las protestas: Las protestas contra el aumento del precio del transporte público pronto derivaron en un estallido social que exigía mejoras en otros servicios públicos"
"El gobierno de Dilma Rousseff ha dado marcha atrás con la subida de las tarifas del transporte y ha reconocido la legitimidad de la protesta callejera"
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