10/01/2012
Mientras unos países intentan combatir la crisis realizando reformas internas; otros tratan de ver el problema más ampliamente. Y uno de estos últimos es Alemania, uno de los actores más fuertes del panorama europeo, que ha decidido tomar cartas en el asunto.
Aprovechando su poder económico e industrial, esta nación se ha dado cuenta que con sus enormes recursos puede ejercer influencia política.
Berlín ha puesto miles de millones de euros para tratar de salvar a la divisa común. Y así como una gran inversión exige una gran devolución, ahora se empeña en propagar su autoridad y control en otros miembros de la eurozona.
Esta idea no ha calado muy bien en las calles alemanas.
Aparte de hacer inversiones, Alemania busca rescatar a la Unión Europea elaborando medidas y normativas junto con su mayor socio, Francia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario